El Neolítico trajo consigo profundos cambios en la forma de vida de los grupos humanos. Además de agricultores y ganaderos, los hombres se hicieron sedentarios y edificaron las primeras viviendas permanentes junto a fuentes de agua dulce - ríos, lagos, oasis o wadis - elemento vital para la supervivencia humana, del ganado y de las plantas. Entre el Mesolítico y el Neolítico el hombre ya habitó en viviendas de caracter semipermanente, como ocurrió en el oasis de En Natuf, junto al Mar Muerto, en Palestina, o en Lepenski Vir, a orillas del Danubio, en Serbia. En aquel período la arquitectura se adaptó a las circunstancias del terreno, al estilo de vida y a los materiales más abundantes.
Los cazadores- recolectores de En Natuf, que practicaban una incipiente agricultura de cereales, vivían en casas de planta circular, excavadas en el suelo, con muros de piedra de media altura y cubiertas de techos livianos, fabricados con cañas y juncos, y cubiertos con pieles y barro. Las casas de los pescadores de Lepenski Vir eran de planta trapezoidal, estaban construidas con troncos de madera y tenían una forma triangular.
Este tipo de viviendas estuvo vigente mientras los hombres neolíticos practicaron una economía autosuficiente y una agricultura nómada. Posteriormente, cuando el crecimiento de las cosechas y de los rebañlos permitió la acumulación de excedentes, la vivienda sufrió nuevas transformaciones . Se pasó de las casas redondas a las rectangulares de Qalat Jarmo (Irak) o las cuadradas de Sesklo (grecia), puesto que ambas permitían añadir nuevos habitaciones.
Si las casas de Qalat Jarmo tenían espacios diferentes para la vivienda y la cosecha, las de Sesklo importaron el megaron, una innovación arquitectónica de Asia anterior (se encontraba ya en las casa de Hacilar, Turquía, hacia el 5000 a.C.) que consistía en la prolongación longitudinal del edificio, dividido en una sala principal y un vestíbulo.
Tanto los habitantes de la Alta Mesopotamia como los de Grecia emplearon ya un material de construcción innovador: el ladrillo de adobe. Fabricado con un molde en el que se vertía barro prensado con paja, y secado al Sol, el adobe modificó el perfil de los poblados y del paisaje. Más versátil, barato y ligero de transportar y manejar que la piedra, permitió levantar pisos y unir unas viviendas con otras.
Tuvo además repercusiones sociales. La construcción de adobe permitió resolver el problema de la vivienda para las nuevas generaciones, que ya no tenían que emigrar ante la escasez de alimentos o de los tradicionales materiales para la construcción de una vivienda (piedra y madera). Por otra parte, al revolución arquitectónica contribuyó a incrementar el papel de un nuevo grupo social, la familia, frente al clan, propio de los cazadores y recolectores. El adobe facilitó la radicación definitiva y el crecimiento poblacional de las aldeas neolíticas, así como un aumento del confort, expresado en forma de paredes enlucidas. No es de extrañar que los primeros centros urbanos de la Antigüedad aparecieran en el Creciente Fértil, donde el predominio del adobe ya era absoluto hacia el 5000 a.C., cuando Jericó o Catal Huyuk eran núcleos con más de mil habitantes: en otro aspecto, el uso de moldes para la fabricación de ladrillos abrió el camino para lo que, después, se aplicarían en la fundición de metales.
El asedio de cazadores nómades, es un primer momento, y de pastores y otros grupos labradores que buscaban nuevas tierras modificó la fisionomía de los primeros poblados neolíticos. Empezó entonces, la construcción de murallas de piedra, fosos, empalizadas que servían de protección al poblado e implicaron el esfuerzo colectivo. Las obras públicas más antiguas que se han hallado han sido canales de irrigación (Catal Huyuc), una muralla (Jericó) y un santuario (Eridú, Irak).
Una de las innovaciones del Neolítico fue la edificación de las "moradas de los dioses". Si la construcción de defensas u obras hidráulicas permitía la subsistencia de las poblaciones, la de templos no tenía finalidades prácticas. Esta concreción sólida del mundo espiritual permitió la institucionalización de las creencias religiosas, que se convirtieron en un signo de identidad colectiva. Puesto que solo las grandes aglomeraciones humanas de la época eran capaces de asumir el coste económico de la edificación de templos, las ciudades acabaron confundiéndose con éstos y adquiriendo un carácter sagrado.
El crecimiento poblacional convirtió a algunas aldeas neolíticas en grandes poblados que, como en Europa Oriental, pasaron de tener perimetros de las 0,5 Has. de Lepenski Vir a las 40 Has. de Bylany (República Checa). El volumen de las poblaciones oscilaba entre el centenar de habitantes de Karanovo (Bulgaria) y los casi 5000 de Catal Huyuk (Turquía). En una fase posterior, la especialización laboral contribuyó a la conversión de las aldeas en primitivas ciudades. Éstas captaron el excedente humano de las poblados circundantes y se convirtieron en centros donde se concentró la actividad comercial.
La división de tareas y el surgimiento de grupos sociales que no trabajan en el campo (alfareros, metalúrgicos, sacerdotes, guerreros) condujo a un urbanismo primitivo. Las viviendas de los jefes ocuparon lugares destacados y se reservaron lugares específicos para los establos, los talleres, los cuarteles, las sedes de gobierno o los templos. Las diferencias sociales entre los distintos grupos de la aldea se trasladaron también a la arquitectura funeraria, como demuestra la construcción en Europa de dólmenes y otros monumentos megalíticos.
Jerico, la antigua
Conocido también como Tell es-Sultán, Jerico es el núcleo urbano más antiguo del mundo. Los análisis de carbono 14 han calculado sus orígenes hacia el 9000 a.C.
LA EDAD DE LOS METALES
· CUPROLÍTICO: Fue la etapa de tránsito de la edad de piedra a la edad de los metales, donde el cobre fue desplazando lentamente a la piedra en la elaboración de herramientas y armas.
· EDAD DE BRONCE: El cobre se une al estaño para formar el bronce (aleación), lo cual permite elaborar herramientas y armas más resistentes desplazando totalmente a la piedra. En este periodo se inventa la escritura cuneiforme en Mesopotamia y surgen los primeros estados teocráticos en Sumeria y Egipto.
· EDAD DEL HIERRO: Su elaboración es atribuida a los hititas (pueblo indoeuropeo). Con este metal se elaboraron mejores armas que contribuyeron a la consolidación de estados esclavistas en el Cercano Oriente.